Buenos días, María. Hoy nuestra oración quiere ser a tu lado, contigo, por eso hago un momento de silencio, respiro hondo… este ratito es para ti.
En el nombre del Padre…
El trabajo diario de María sin duda que fue el de la casa:
limpiar, cocinar, recoger y fregar... Más que lo que hacía, importa pensar cómo lo hacía: con cariño, con cuidado, para que todo quedara bien ...
El amor que tenía a los de su familia se lo manifestaba sirviéndoles.
El ejemplo de María nos vale hoy para poner nosotros cariño y cuidado en lo que hacemos; porque... se aprende de lo que se hace.
Imitando a María, vamos a pensar cómo hacemos las cosas, con cariño, con ilusión…
Hoy te invito a hacer las cosas como María, con cariño, cuidado, con amor para hacer felices a los que tenemos a nuestro lado.
Quédate un momento en silencio, cierra los ojos y piensa una de las cosas que haces durante el día, pero que hoy en especial la vas a hacer con más cariño y amor. Dísela a María, ofrécele eso que hoy quieres hacer de forma especial.
Terminamos juntos diciéndole a María:
María,
ayúdame a poner cariño en cada cosa que hago,
en cuidar a los que tengo a mi lado.
¡Gracias María por ser nuestra madre!
¡Gracias María por acompañarnos todos los días!
Terminamos en el nombre del Padre…
¡Feliz día!