¡Buenos días, María! Aquí estamos un día más para compartir contigo este ratito de oración. Por eso hago un momento de silencio, respiro hondo… y le digo a María: este ratito es para ti, María.
En el nombre del Padre…
Han pasado ya muchos días desde que empezamos este confinamiento y seguro que ha habido y hay días que te cuesta más levantarte, pensar “otra vez, una nueva tarea, volver a esforzarme…”.
Escucha esta canción:
Vamos a comenzar con entusiasmo, con ganas, con agradecimiento…
Por la noche que nos han regalado,
por un nuevo día lleno de oportunidades,
por estar con la gente que quiero.
Por las madres que tanto hacen por sus hijos.
Porque elegiste a María para ser la Madre de Jesús.
Porque nos has dado a María como Madre nuestra.
Por ayudarnos a parecernos a Tu Hijo.
Por elegir a una madre sencilla, pero de gran corazón.
Por tener un lugar donde poder hablar de ti con alegría y respeto.
¡Gracias María! por estar conmigo, por acompañarnos en cada momento, por disfrutar de los pequeños detalles.
En el nombre del Padre…
¡Feliz día y que María nos siga acompañando!