Muchas sois las familias que desde la etapa de Educación Infantil mostráis preocupación por la falta de atención que presentan vuestros hijos. Entre los 2 y los 4 años la atención voluntaria va fortaleciéndose y es aquí donde podríamos empezar a hablar de que los niños pueden mantener la atención. Pueden prestar atención por más tiempo sostenido, incluso en aquellas cosas que no les gustan. Es una actividad cognitivamente exigente que requiere invertir bastante energía y disponer de una estructura neurológica minimamente desarrollada, concretamente la corteza prefrontal. A estas edades la atención, al igual que los propios niños, va todavía en pañales.
Os recomendamos la lectura de este artículo donde se confirma para tranquilad de todos que la capacidad de atención es sostenida, y va aumentando a medida que vamos creciendo.